lunes, 5 de mayo de 2014

UNIVERSO TENEBROSO

UNIVERSO TENEBROSO
MONTEVIDEO AÑO 1973

Eran épocas difíciles en el año 1973, el golpe de estado la huelga general, las medidas prontas de seguridad. El miedo imperaba en la gente y se palpaba en cada esquina.
Yo con apenas seis años  no entendía mucho lo que ocurría en las calles pero si notaba el miedo en mis padres, mis vecinos y mis maestros.
A fines de año ocurrió la huelga de los maestros, mi madre como muchas otras dejo de enviarme a la escuela. Eso significaba un problema familiar ya que el horario escolar coincidía con el de trabajo de  mis padres. Ellos  tenían que resolver quien me iba a cuidar. La mayoría de los amigos de la cuadra con los cuales compartíamos juegos seguían yendo a la escuela o sea que las vecinas madres estaban descartadas, y hubo que recurrir a la familia. Entre las tantas tías hermanas de mi madre quedo grabado en mi recuerdo la tía amparo.
Ella era muy hermosa, y era lindo cuando se quedaba a cuidarme, me leía cuentos, jugaba a que la peinara, vestíamos y desvestíamos muñecas.  Eso cuando la tía amparo estaba bien, es que como decía mi madre “a veces la tia tenia problemas”.
En aquella época lo llamaban problemas hoy lo llamaríamos locura.
Una tarde como otras vino a cuidarme y desde que llegó vi como se perfilaba  en sus ojos una sombra gris, no era  una sombra de maquillaje era una sombra de horas de insomnio.
Le pedí hacer varias cosas  peinarla,  leer cuentos, pero a todo contestaba no.
La sombra gris de sus ojos se extendía al resto de su cuerpo, hasta su vestido era oscuro. Era como si la tristeza estuviera carcomiendo su alma.
Finalmente acepto salir a la vereda. Vivíamos en un apartamento, que de acuerdo a las costumbres arquitectónicas de esa época, desembocaba juntos a otros muchos en un largo pasillo que llevaba a la entrada.
Salimos y la tía Amparo se sentó en el muro de cemento que había a ambos lados de la puerta, se cubrió con un manto gris, puso su cabeza entre sus manos y comenzó a llorar. No emitía sonido era solo llanto, un llanto lastimero
Parecía una sombra cada vez más pequeña y oscura sentada en el banco de cemento, con la pared gris que la rodeaba y sentía que eso la hacía aun más chiquita.  A un lado el largo pasillo oscuro acompañaba la imagen de Amparo llorando en forma lastimera. El cielo se pintaba de nubes, esponjosas y oscuras anunciando  lluvia para acompañar las lagrimas de Amparo.
Yo estaba sentada frente a ella, mi mente de niña no entendía nada, pero mis sentimientos parecían acompasar aquella oscuridad que me rodeaba.
Yo también me iba sintiendo cada vez más oscura, invadida por aquellas lagrimas silenciosas.
De repente desde el pasillo un sonido me saco de golpe de aquel oscuro momento. Era el clac clac de una bolita que venía rodando desde el pasillo oscuro.
La bolita verde quedo a mis pies, y pareció iluminar de golpe tanta negrura.
Unos pasos acompañaron la llegada de un niño que venía desde el fondo del pasillo oscuro. Traía en sus manos una bolsa de bolitas de colores que brillaban intensamente en aquel mundo gris que me rodeaba.
-Hola, vos tampoco fuiste a la escuela- me pregunto
-No, no me dejan, mi madre me dice que es peligroso-.
-Bueno vamos a jugar entonces- me animo el niño , y desparramó la bolitas que iluminaron como un arcoriris mi universo tenebroso.



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